Los esfuerzos para combatir el covid-19 exacerbaron los niveles de endeudamiento ya en aumento y será necesario un alivio de la deuda, dijo Malpass.
“Los niveles de deuda sostenibles son vitales para la recuperación económica y la reducción de la pobreza”, señaló.
La situación es urgente ya que la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), lanzada por el Grupo de los 20 industrializados (G20) a principios del año pasado y que permite a los países diferir los pagos de la deuda mientras se enfrentan a la pandemia, expira a fines de año.
“Necesitamos un plan integral del problema de la deuda, incluida la reducción de la deuda, una reestructuración más rápida y una mayor transparencia”, dijo Malpass.
Los datos del Banco Mundial publicados el lunes mostraron que el deterioro de los indicadores de deuda fue generalizado y afectó a los países de todas las regiones, en todos los países de ingresos bajos y medios.
“Muchos países en desarrollo comenzaron el 2020 en una posición vulnerable, con la deuda externa pública ya en niveles elevados”, indicó el informe, y luego los gobiernos proporcionaron recursos sin precedentes para tratar de contener el virus y las consecuencias económicas.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) también han aumentado el apoyo, especialmente a los países más vulnerables.
En 2020, los flujos netos de acreedores multilaterales a países de ingresos bajos y medianos aumentaron a 117.000 millones de dólares, “el nivel más alto en una década”, según el informe.
“El riesgo ahora es que demasiados países saldrán de la crisis de covid-19 con un gran sobreendeudamiento que podría llevar años gestionar”, dijo Malpass en el informe.