Por redacción
Es la pregunta obligada que se hacen todos los norteamericanos que acudirán a votar el próximo 3 de noviembre.
A uno cuatro meses de las elecciones de ese país, las empresas de sondeos intentan saber el estado de ánimo de la gente y por cuál de los dos candidatos piensan votar. El presidente republicano Donald Trump se enfrenta al candidato del Partido Demócrata, muy popular por ser el vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden.
En las últimas semanas se ha Bien se ha mantenido en torno al 50% y ha llegado a tener una en algunos momentos una ventaja de 10 puntos, pero el presidente Trump ha ido recuperando terreno recientemente.
Aunque los sondeos y encuestas nacionales son una buena guía para saber lo popular que es un candidato en todo el país, pero no son necesariamente una buena herramienta para predecir el resultado de la elección.
Por ejemplo en el 2016, la candidata demócrata Hillary Clinton tenía mayor aceptación en las encuestas y obtuvo casi tres millones de votos más que Donald Trump, sin embargo perdió. La explicación es que los Estados Unidos utiliza un sistema de colegio electoral en el que conseguir más votos no siempre hace ganar la elección.
Péndulo o bisagra
Es bien sabido y confirmado que la mayoría de los estados suele votar siempre de la misma manera. Esto significa que en realidad solo hay un grupo de estados en los que ambos candidatos tienen la opción de ganar.
Estos son los lugares que deciden la elección (se gana o pierde) y se conocen como estados péndulos o bisagra.
Sistema de votación
En el sistema de colegio electoral que se usa en Estados Unidos para elegir al presidente, cada estado recibe un número de votos según su población. Hay un total de 538 votos del colegio electoral en disputa, por lo que un candidato necesita obtener 270 para ganar.
Los sondeos sugieren que Joe Biden tiene amplias ventajas en Michigan, Pensilvania y Wisconsin, tres estados industriales que su rival republicano ganó por márgenes inferiores al 1% para asegurarse la victoria en 2016.
Covid-19 y campaña
La covid-19 ha dominado los titulares en Estados Unidos desde el comienzo del año y la valoración de las acciones del presidente Trump ha estado dividida, de forma predecible, según filiaciones políticas.
Al parecer el mal manejo para frenar la expansión del virus que ha dado el presidente a la pandemia que azota al mundo y muy especialmente a Estados Unidos, sugieren que incluso sus partidarios han empezado a cuestionar su reacción ante la crisis, a medida que estados del sur y del oeste del país se han tenido que enfrentar a nuevos brotes de la enfermedad le podría restar votantes.
A principios de julio el apoyo de los republicanos había caído al 78%. Quizás esta podría ser la explicación del por qué Trump se ha mostrado menos optimista sobre el coronavirus en los últimos días, advirtiendo que la situación podría empeorar antes de mejorar.
Ya en los últimos días, Trump se puso una mascarilla por primera vez e instó a los estadounidenses a usarlas, diciendo que tienen efecto y demuestran “patriotismo”.