Santo Domingo, Rep. Dom.- Las padillas han aumentado notablemente en el curso de los primeros cinco meses de este año en los barrios del Gran Santo Domingo con más fuerza en la última semana.
Los últimos siete días finalizaron con incidentes violentos entre grupos criminales que se disputan el control de territorios barriales.
Sectores como Los Tres Brazos, La Guayiga, La Puya, de Arroyo Hondo, Los Guandules, Capotillo y Los Frailes, para mencionar algunos, son una muestra del gran poderío que actualmente tienen las pandillas en esas demarcaciones, cuyo diario vivir está bajo la voluntad de los malhechores.
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Rana, donde grupos armados rivales mantienen en zozobra a los moradores de esas vecindades por los constantes enfrentamientos que, en mayoría de casos, terminan en tragedia.
EL CASO EN LAS PÁMPARAS
El suceso más reciente registrado en Los Tres Brazos tuvo lugar en Canta La Rana, a las afueras del centro de diversión identificado como “La Pámpara”.
Allí, Luis Manuel Almendro Abreu, alias Natuchi, y Franklin Evelio Calderón (Chanqui), resultaron muertos a tiros luego de una confrontación por viejas rencillas con un grupo adversario.
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EL PLAN POR CUADRANTES
En su propósito de evitar la propagación de males en los barrios, las autoridades implementaron la estrategia “Patrullaje Policial por Cuadrantes”, que inició el 2 de diciembre de 2022. Este consiste en pequeñas delimitaciones geográficas de un sector fijo, al que se le asigna un personal para optimizar y hacer más eficiente la prevención y disuasión del delito.
En ese momento fueron lanzados a las calles 504 hombres, 18 en cada uno de los 84 cuadrantes, en tres turnos; 33 camionetas, 84 motocicletas, 33 car kits, 504 “body cams” (cámara de cuerpo), 117 radios de comunicación y 117 celulares, un servicio de la unidad de drones, formada por 19 aeronaves y 42 pilotos.
Otra medida tomada en diciembre de ese año, cuando los niveles delictivos se dispararon estrepitosamente, fue reducir el horario temporal de expendio de bebidas alcohólicas en algunas demarcaciones de Santo Domingo, y limitar los decibeles de la música en los negocios de bebidas.