Hoy es un día grande en la familia de Gerard Piqué. Su hermano menor, Marc Piqué, y María Valls, su novia de toda la vida, han sellado su amor este caluroso viernes de junio en una romántica boda en la Ciudad Condal en la que las emociones han estado a flor de piel. Coincidiendo con la mágica festividad de San Juan, la feliz pareja ha formalizado su duradera relación ante sus seres queridos, incluidos sus padres, Montserrat Bernabeu y Joan Piqué Rovira, o el exfutbolista del F.C. Barcelona y Clara Chía, que han asistido sin los hijos del catalán, Milan y Sasha, quienes ya se encuentran junto a su madre iniciando sus vacaciones estivales. El enlace ha comenzado a las 18:00 horas con una ceremonia religiosa en la parroquia de Sant Vicenç de Montalt, en la que los novios han pasado por el altar para después festejar un gran evento en la fabulosa masía que tiene en propiedad la familia de la novia en Llavaneras, una residencia que data de la década de los cuarenta del pasado siglo.
La tierra natal de Marc, de 31 años, y María, un año mayor, ha sido testigo de este emocionante paso que llega tras una larga historia de amor y para el que ella ha elegido un original vestido floral con una gran capa en rosa palo. “Os esperamos, con muchas ganas, el viernes 23 de junio, a las 18:00 horas, en la parroquia Sant Vicenç de Montalt y en la celebración, que tendrá lugar a continuación en nuestra casa de Sant Andreu de Llavaneres”, reza la invitación que los radiantes novios mandaron a los asistentes, entre quienes se encuentran conocidos rostros como Juan Avellaneda. De carácter clásico, íntimo y formal, la boda ha dejado emotivos momentos e instantáneas, tanto de sus protagonistas, que se han mostrado rebosantes de alegría y visiblemente eufóricos, como de sus invitados.
La expectación ante la asistencia del hermano del novio y Clara era máxima y, aunque al inicio del evento no han sido capturados juntos, sí ha ocurrido a la salida, cuando se han dejado ver sonrientes mientras bajaban agarrados de la mano por las escaleras que conducen a una de las puertas secundarias de la iglesia. Pese a que los ojos de la joven estaban cubiertos con grandes gafas de sol, tanto ella como Gerard se han mostrado muy alegres. Un instante marcado por la brevedad y la discreción, pero que algunos curiosos que se encontraban en las inmediaciones de la iglesia han aprovechado para fotografiar.
Para la cita, Clara se ha enfundado en un sencillo y sofisticado vestido dorado de punto, tirantes y escote en ‘V’ que ha combinado con unas sandalias de vinilo transparente. Por su parte, su novio ha elegido un traje azul marino al que ha agregado camisa blanca, pañuelo del mismo color y corbata en una tonalidad más clara de azul. Tras su rápida salida de la parroquia, ambos se han subido a un vehículo de grandes dimensiones que les esperaba al tiempo que trataban de esquivar las insistentes preguntas de los medios.
De igual modo que en el caso de Clara y Gerard, los estilismos del resto de invitados se han ajustado a las condiciones establecidas previamente en el código de vestimenta, según el cual los hombres debían lucir traje oscuro y corbata y las mujeres vistosos y coloridos vestidos fluidos con calzado confortable y apropiado para la ocasión, en la que los tacones de aguja no eran aconsejables. ¿El motivo? La localización del convite, que tendrá lugar en las espectaculares zonas verdes de la finca, de más de 4.000 metros cuadrados de extensión y cerca de 800 de construcción, ubicada en una exclusiva localización de la costa catalana. El imponente espacio, además, cuenta con amplia piscina rectangular, siete habitaciones, ocho baños, gran garaje para vehículos y trastero.
Esta romántica fiesta, para la que los novios han contratado a la popular empresa de mobiliario nupcial Options que se ha encargado de las flores, la vajilla, la mantelería y otros pormenores, es el primer gran evento familiar al que el presidente de la Kings League asiste arropado por Clara. Una velada muy emocionante para todos en la que la pareja ha vuelto a evidenciar el sólido vínculo que les une, pero que ha vivido la nota nostálgica con la marcada ausencia de los dos únicos sobrinos de Marc, que desafortunadamente se han perdido esta jornada tan importante para su tío por razones relativas al convenio regulador de la expareja.
La presencia de Clara, además, está doblemente justificada, pues, dejando de lado su historia de amor con el dueño de Kosmos, mantiene una bonita y cercana amistad con María Valls, con quien tiene mucho en común. Ambas pertenecen a un ámbito muy similar con intereses parecidos, gente en común peteneciente a la élite barcelonesa y las tradiciones de sus familias coinciden en espacios e inclinaciones. Los Chía veranean en Calella de Palafrugell y pasan los meses más fríos en la Cerdanya, una rutina semejante a la de los Valls, que poseen esta vivienda de verano en la fantástica zona del Maresme. La complicidad entre las dos jóvenes, que tienen una diferencia de edad de 8 años, es absoluta, han compartido divertidos momentos juntas y tienen oficios similares: mientras María es especialista en organización de eventos, Clara lo es en relaciones públicas.
Más allá de las imágenes, otros detalles que han trascendido de este inolvidable viernes de verano han sido la firma de las alianzas, la lujosa joyería Rabat, o el autor del menú, que corre a cargo del chef catalán ganador de una Estrella Michelín Nandu Jubany gracias a su restaurante insignia Can Jubany. La banda sonora, la iluminación y la animación, por otro lado, la pondrá la compañía especializada en eventos Soundworks Pro, empresa que, según señala su página web, “ofrece servicios audiovisuales, música, entretenimiento, escenarios e iluminación decorativa”; todo ello, para hacer de este acto “una ocasión única”.