Manila.- Este lunes en un pueblo del sur de Filipinas, presuntos extremistas islámicos detonaron dos bombas, matando al menos a 14 personas, la mayoría de ellos soldados, pese a la aplicación de estrictas medidas de seguridad debido a amenazas del grupo Abu Sayyaf, informaron las autoridades.
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Unos 75 soldados, policías y civiles resultaron heridos en los ataques, dijeron funcionarios militares y policiales.
Al menos cinco soldados y cuatro civiles murieron en el primer ataque, cuando una bomba adherida a una motocicleta estalló al mediodía cerca de dos camiones del Ejército estacionados frente a una tienda de comestibles y una tienda de cómputo en el poblado Jolo en la provincia Sulu, dijo el teniente general Corleto Vinluan, comandante militar regional.
Una segunda explosión cerca de allí, aparentemente provocada por una atacante suicida, ocurrió aproximadamente una hora después y en ella murieron la agresora y un soldado, indicó un informe militar.
En fotografías a las que The Associated Press tuvo acceso era posible ver a soldados que cargaban a un hombre desde el sitio de la explosión cerca de un camión del Ejército. Otra víctima yacía sobre el camino.
Hasta el momento nadie se había responsabilizado del ataque, pero autoridades militares culparon a un comandante de Abu Sayyaf, Mundi Sawadjaan.