Santo Domingo, Rep. Dom.- Las familias Rizek Guerrero y Sanz Cabán, responsable de la boda donde sus hijos se casaron el pasado viernes en el Santo Domingo Country Club, negaron que hayan violado las medidas para evitar el contagio del COVID-19 durante el festejo, lo que llevó a las autoridades a cerrar el exclusivo lugar.
Durante el evento se llevaron a cabo el protocolo sanitario para evitar el contagio de la enfermedad e, incluso, realizaron “pruebas de coronavirus a todos los invitados, suplidores y personal de servicio 48 horas antes de la boda como condición para ingresar al lugar, según informaron los familiares.
En nota de prensa los Rizek Guerrero y Sanz Cabán expresaron lo siguientes:
“Ese evento familiar fue organizado con esmero y previsión para proteger la salud de todos los participantes. Conforme evolucionaron las medidas dispuestas por el Gobierno, el formato de la celebración se fue adaptando a la situación sanitaria sin escatimar en los esfuerzos nuestros y del Santo Domingo Country Club para cumplir todas las disposiciones existentes y preservar la salud de invitados y colaboradores del evento”.
La misma nota especifica que además de la prueba PCR, afirman que iniciaron la celebración a las 11:00 de la mañana, lo que los llevó a cambiar el horario original. Igualmente, dicen que solo usaron un porcentaje del club, “la densidad del área destinada a la celebración a menos de la mitad del porcentaje dispuesto por el decreto presidencial, como recurso para reforzar aún más el distanciamiento social.
Explicaron que dejaron de brindar bebidas alcohólicas a las 6:00 de la tarde y que a las 7:00 de la noche culminaron el evento. También aseguraron que incentivaron el uso de mascarillas y de gel antibacterial.