Washington, EE.UU.- A menos de tres meses después de los violentos acontecimientos contra el edificio del Capitolio, que dejara cinco muertos, Washington vive este sábado otro ataque después de que un sujeto arrolló a dos policías, uno de los cuales falleció, y estrelló su vehículo contra una valla que resguarda del edificio icono de Estados Unidos,
La imagen del vehículo empotrado contra una barricada revivió en la capital estadounidense el temor del pasado 6 de enero, cuando seguidores del expresidente Donald Trump irrumpieron en ese complejo, en un hecho inédito que obligó a establecer desde entonces un perímetro de seguridad en torno al Legislativo.
Medios locales identificaron al atacante de este viernes como Noah Green, un joven de 25 años que en su época de estudiante jugaba como defensa para el equipo de fútbol americano de la Universidad Christopher Newport y quien en los últimos años se debatía entre una profunda religiosidad y episodios de una posible paranoia.
Después de embestir la barrera de seguridad, Green salió del vehículo con un cuchillo en la mano y corrió a atacar a los dos agentes, por lo que fue baleado por los uniformados y murió posteriormente en un hospital al que fue trasladado.
Este sábado, el Departamento de Policía del Capitolio, que no proporcionó de momento nueva información sobre las investigaciones, expresó en Twitter su profundo agradecimiento por el apoyo recibido.
“Deseamos poder responder a cada uno de ustedes. Por favor, sepan que apreciamos su simpatía más allá de las palabras”, publicó la Policía, en alusión a los mensajes de condolencias recibidos, entre los que destacaron el del presidente estadounidense, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris.
Previamente, la Policía del Capitolio había indicado que la familia del policía fallecido, al que identificó como William ‘Billy’ Evans, un oficial con 18 años de experiencia, pedía privacidad.
Además, confirmó que el otro oficial atropellado -cuya identidad no ha trascendido- “se encuentra en condición estable y sin peligro”.
En un comunicado difundido este sábado y recogido por el Post, la familia de Green aclaró que “no era un terrorista de ninguna manera” e indicaron que al parecer estaba sufriendo de “depresión y una posible enfermedad mental”.
Los parientes del joven expresaron “una gran simpatía” por policía fallecido y el otro lesionado y señalaron que al enterarse de lo ocurrido “estaban tan desconcertados como el resto de la nación por este horrible evento”.
Su hermano, Brendan Green, aseguró que el jueves, un día antes del incidente en Washington, Noah estaba gravemente enfermo en el apartamento que compartían en Virginia y del que salió después de enviarle un mensaje de texto.
“Lo siento, pero me voy a ir a vivir y a quedarme sin casa. Gracias por todo lo que has hecho. Te admiraba cuando era un niño. Me inspiraste mucho”, escribió Noah a su hermano Brendan.
Allegados del joven indicaron que achacó sus problemas a sus excompañeros de equipo y de habitación a quienes señaló de drogarlo en 2019 con el medicamento sicotrópico Xanax.
Sin embargo, un compañero de equipo indicó que la gente consideraba esta versión desligada de la realidad.
Brendan Green admitió que la mente de su hermano “no parecía estar bien” después de visitarlo en Indianápolis, a donde se mudó tras dejar Newport News y donde alegó que había gente entrando en su apartamento.
MENSAJES EN LAS REDES
La cadena Fox News difundió información sobre el perfil en Facebook del atacante, que fue retirado por la red social poco después del incidente siguiendo su política de Personas y Organizaciones Peligrosas.
En su perfil -señaló Fox News-, Noah Green publicaba fotos y videos de los mítines de la agrupación negra Nación del Islam y se identificaba como “Seguidor de Farrakhan”, en alusión a Louis Farrakhan, una figura tan carismática como polémica por su supuesto antisemitismo y supremacismo negro.
Farrakhan, quien lidera la organización musulmana afroamericana Nación del Islam, fundada en 1935 por Elijah Muhammed, era considerado por Green como el “Jesús, el Mesías”.
En su cuenta de Instagram, el joven culpaba al Gobierno de sus problemas y acusó a las agencias federales de tratar de realizar en él experimentos de control mental, según medios locales.