Santo Domingo, Rep. Dom.- En un país donde el sistema de salud aún arrastra carencias estructurales y donde la innovación avanza con lentitud frente a la burocracia, la aparición de perfiles jóvenes con visión tecnológica representa no solo una esperanza, sino una necesidad. En este contexto, el nombre de Ahmed Hasbún ha comenzado a destacar, no por una larga trayectoria pública, sino por lo que representa: una generación de profesionales formados en casa, pero con mentalidad global.
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Hasbún, quien actualmente funge como Asistente del Director Médico en Médico Express RD, no solo pertenece al creciente sector del turismo médico —una industria que pone a prueba la eficiencia de los servicios privados—, sino que también ha apostado por especializarse en uno de los campos más prometedores de la medicina moderna: la informática de la salud.
Su paso por la Escuela de Salud Pública de Yale, en un programa enfocado en la integración entre medicina y tecnología, marca una diferencia fundamental frente a las generaciones anteriores de médicos y administradores de salud. En un país que carece de un sistema robusto de historia clínica electrónica, donde la fragmentación de datos clínicos obstaculiza diagnósticos y seguimientos, voces como la suya podrían ser catalizadoras del cambio.
No es casual que su nombre haya despertado interés en redes sociales y revistas del corazón, tras ser vinculado públicamente con Graciela Lucía Abinader Arbaje, hija del presidente Luis Abinader. Pero sería un error reducir su figura únicamente a su cercanía con el poder. Su impacto, si logra mantenerse enfocado en su carrera, puede trascender los titulares sociales y convertirse en influencia concreta sobre el futuro de la salud en el país.
La salud digital no es un lujo; es un imperativo. Y si bien los cambios estructurales requieren decisiones de Estado, también se construyen desde la iniciativa privada, el talento joven y la visión de quienes han tenido acceso a formación de vanguardia. Ahmed Hasbún está, por ahora, en una posición privilegiada para empujar esa conversación, con credenciales, con preparación y con una plataforma cada vez más visible.
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En un entorno donde muchas veces se premia la permanencia sobre la competencia, vale la pena observar qué hace este joven profesional con el momento que le ha tocado vivir. Porque si algo necesita nuestro sistema de salud, es precisamente lo que él representa: tecnología con propósito, conocimiento aplicado y voluntad de cambio.
