En Hungría, un país miembro de la UE, hay cientos de niños recién nacidos que, si ningún familiar que se haga cargo de ellos, permanecen tras su nacimiento durante meses en los hospitales a la espera de una familia de acogida, alerta la ONG Aldeas Infantiles SOS.
Ante la dramática situación, con actualmente 300 casos, la organización ha lanzado una campaña para llamar la atención sobre la situación de estos bebés que, abandonados por sus padres por diversas razones, comienzan sus vidas en una cama de un hospital, donde pasan hasta 12 meses, sin los estímulos ni la atención que necesitan.
«Los problemas se van acumulando desde hace tres décadas (tras la caída de la Telón de Acero)», cuenta Léna Szilvási, directora de Aldeas Infantiles SOS Hungría.
Destaca que «el número de los menores que no han podido abandonar las unidades de maternidad se ha duplicado desde el año pasado», mientras que en los años anteriores la cifra no superaba nunca el centenar en todo el país (de 9,6 millones de habitantes).
La capacidad de los hogares infantiles es muy limitada, y tampoco hay muchas personas dispuestas a hacerse cargo de los pequeños como padres de acogida, mientras que los médicos y enfermeras sufren por no poder hacer nada para los niños, subraya Szilvási.
En un vídeo emitido por la ONG, una madre de acogida cuenta que «estos bebés aprenden a no llorar, por que no le ven el sentido».
El abandono por parte de la madre y otros familiares no siempre es voluntario, cuando las autoridades responsables de la protección al menor desaconsejan que el bebé salga del hospital, en su mayoría por razones vinculadas con la pobreza y otros problemas sociales. En esos casos, los padres biológicos visitan regularmente a sus hijos en la clínica, algo que por otra parte, según la ley, excluye a estos niños poder ser adoptados. «No quieren abandonarlos, y tampoco quieren que sean adoptados», explica la experta.