Donald Trump volvió este sábado a Butler, Pensilvania, donde encabezó un mitin en el mismo sitio donde el pasado 13 de julio sufrió su primer intento de asesinato. “Hace 12 semanas, todos recibimos una bala por Estados Unidos”, aseguró ante una multitud que coreaba su lema “Fight!” (lucha), con puños en alto y carteles rojos.
“Un agradecimiento muy grande a Pensilvania, nos encanta Pensilvania”, fueron las primeras palabras del candidato republicano que, a continuación, tal como había adelantado que lo haría, agregó en tono irónico: “Y, como iba diciendo…”.
“Esta noche regreso a Butler tras la tragedia y el dolor para entregar un mensaje simple al pueblo de Pensilvania y al pueblo de Estados Unidos. Nuestro movimiento para hacer América grande otra vez está más fuerte, más orgulloso, más unido, más decidido y más cerca de la victoria que nunca”, dijo el político, quien aprovechó el encuentro para instar a todos a votar para “recuperar al país”.
“Todo esto no servirá de nada (si no salen a votar) Si ganamos Pensilvania, ganaremos todo, tenemos que ganar”, insistió mientras cargaba contra el Gobierno de Joe Biden y Kamala Harris, a los que acusa de querer “arruinar Estados Unidos”. “Kamala Harris es la candidata más incompetente y de izquierda que jamás se haya postulado a la presidencia” estadounidense, sumó en contra de su rival, a la que adjudica muchos de los problemas del país.
En ese sentido, en medio de su discurso, Trump dirigió su atención a un gráfico que exponía cifras de aprehensiones de la Patrulla Fronteriza –”las más bajas”, según él- y mencionó que “me encanta ese gráfico” y que es “hermoso porque el número es del día que dejé el cargo”. “Hoy está fuera de control”, refutó sobre uno de los temas que más ocupa su agenda de campaña, con amenazas constantes de cierre de fronteras, deportaciones y ceses de permisos a inmigrantes.
El ex Presidente también arremetió contra sus rivales políticos, sobre quienes planteó que “tal vez trataron de matarme”, como parte de sus esfuerzos por evitar su llegada a la Casa Blanca, y advirtió que “un enemigo adentro” puede ser aún más peligroso que adversarios extranjeros como Rusia, China o Corea del Norte.
“Ustedes merecen un liderazgo en Washington que no responda a grupos de presión, burócratas o intereses especiales corruptos, sino que responda solo a ustedes, los ciudadanos trabajadores de Estados Unidos, que son muchos. En los últimos ocho años, los que quieren impedir que alcancemos este futuro me han calumniado, me han impugnado, me han acusado, han tratado de echarme de la papeleta electoral (…) pero nunca he dejado de luchar por ustedes y nunca lo haré”, prometió.
Además de tener un tono político, la alocución del ex mandatario se centró en gran parte en rendir homenaje a los trabajadores de las fuerzas de seguridad y médicos de Butler, así como a las víctimas del tiroteo. Parado en el mismo escenario, en el mismo predio donde tuvo lugar el incidente semanas atrás, Trump señaló que ese es “ahora un monumento al valor de nuestros primeros en responder, a la resistencia de nuestros ciudadanos y al sacrificio de un padre amoroso y devoto… un hombre realmente grande”.