Santo Domingo, Este. Rep. Dom.- En apenas cuatro años, el reguetonero puertorriqueño, Bad Bunny que dejo su trabajo en un supermercado en su ciudad natal, paso a dominar el panorama musical colocándose en los primeros lugares de las listas de Spotify y Billboard.
Benito Antonio Martínez Ocasio “Bad Bunny” nació en Vega Baja, una ciudad localizado al Norte central de Puerto Rico a unos 45 minutos de San Juan (Capital), en el seno de una familia de clase media baja con los padres que trabajaban para mantenerlo a él y a sus hermanos menores, Bernie y Bysael.
Aunque su padre conducía camiones y su madre enseñaba inglés, el quería ser cantante desde muy pequeño, pero no creció escuchando música urbana debido a su limitaciones económicas.
En entrevista a la revista New Yorker, el cantante explico que no podía darse el lujo de comprar en los grandes almacenes de música, y en ese entonces, Tego era el único reguetonero al que su madre lo dejaba escuchar en la estación Top 40 cuando iba de camino a la escuela, pues según ella, “si lo suenan ahí es porque era bueno”.
Pasaría algún tiempo hasta que El conejo empezaría a escuchar el reguetón de masas, cuando tuvo acceso a los discos que se vendían en las paradas de las urbanizaciones populares y se intercambiaban en los estacionamientos de las secundarias de San Juan.
Siendo adolescente, y trabajando en un supermercado, comenzó a hacer “beats” y a improvisar en su habitación, junto a sus amigos, algunos de los cuales siguen siendo sus colaboradores más cercanos.
Ya entusiasmado y alentados por amigos y colaboradores dejó de estudiar para dedicarse por completo al mundo de la música, y el trap latino fue el género que lo arropó. Ya son muchos los periodistas musicales, y conocedores del medio que aseguran que fue Bad Bunny quien le dio forma al género para convertirlo en una experiencia y espectáculo innovador.
Es en un documental de poco más de diez minutos donde cuenta sus primeros pasos en la música, es el propio Bad Bunny que dice. “Ese era mi diario vivir desde chamaquito, imaginar y dejar que la mente se manifieste y, si tengo una idea de algo, al menos intentarlo”.
Agregó, “Mi sueño siempre fue este: que la gente conociera mi música, que la gente disfrutara de mis creaciones, mis inventos e ideas”.
Aparte de los pequeños shows en su tierra natal, y vídeos en instagram o autoproducciones en Soundcloud fueron los medios que utilizó Bad Bunny para entrar en la escena de la música trap.
Gracias a su talento y sus propuestas innovadoras, el artista fue consiguiendo cada vez más seguidores, hasta que con su tema “Diles” llamó la atención de un productor que lo contrató para su sello discográfico. De ahí en adelante la historia cambiaria.
En 2017, su canción “Soy peor” se ubicó en el top Hot Latin Songs de Billboard, el termómetro de la música latina en Estados Unidos. Convirtiéndolo en una estrella emergente del subgénero que ha ampliado el radio de acción del reguetón con un sonido más digital y cercano al hip hop.
Apenas un año después Bad ya era un icono en la escena de la música urbana latina con el éxito de la canción “I like it” de Cardi B, en la que colaboró junto J Balvin. Al año siguiente lanzó “Oasis”, un álbum de 8 canciones en colaboración con el colombiano.
También en ese mismo año, la canción de protesta “Afilando los cuchillos”, escrita por el propio Bad Bunny junto a Residente, se lanzó durante las protestas contra el Gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló. La canción obtuvo 2,5 millones de visitas en YouTube el mismo día de su lanzamiento.
Pero no sería hasta el 2018 cuando “Bad Bunny rompería los límites. Elias Leight escribió en la revista Rolling Stone: “Bad Bunny fue maestro en el single de éxito. Con “X100pre” llega como un artista del álbum”. Pero fue Chris Richards, en el Washington Post, quien más entusiasmado se dejó ver: “Bad Bunny ha publicado el mejor disco de 2019 antes incluso de que empiece el año”.
Pero el 2020 fue sin duda el año de consagración del Conejo Malo, que arrancó con el lanzamiento de su segundo disco “YHLQMDLG” (Yo Hago Lo Que Me Da La Gana), el más escuchado del año en Spotify con 3,300 millones de reproducciones.
Fuel artista que cantó en el medio tiempo del Super Bowl, un espectáculo que se transmite durante el evento deportivo más televisado del mundo. Sobre el escenario, al lado de Shakira, Jennifer López y J Balvin, el puertorriqueño dejó claro que lidera a la nueva generación de artistas hispanohablantes de música urbana a los que llama la “latino gang”.
En plena pandemia, Bad lanzo las canciones que sobraron de “YHLQMDLG” y acaba de publicar su cuarto álbum, “El último tour del mundo”, con el que levantó las especulaciones sobre su retiro de la música después de un año de gloria y premios.
Ya en otoño y con los conciertos cancelados por el coronavirus, se le vio trepado y cantando en un camión en forma de vagón de tren, que atravesó las calles de Nueva York. Recibió el premio compositor del Año 2020 por la asociación musical americana ASCAP y como si fuera poco Netflix anunció que el reguetonero incursionará en la actuación con un papel en la serie “Narcos: México”.
Este cantante de trap latino mueve masas, sus videos con millones de visitas en Youtube, millones de seguidores en Spotify y millones de jóvenes que lo buscan e imitan, es uno de los artistas que más escándalos y dinero generan en la industria. Es un personaje polémico que supo aprovechar el auge del reguetón y del trap latino en Estados Unidos y que ahora lo posiciona como el artista más escuchado a nivel global según algunos estudios.
