Ya pasaron dos meses desde la tragedia del Jet Set y todavía no hay respuestas. Ana Beatriz, la hija menor del merenguero Rubby Pérez, quien falleció en el colapso del techo de la discoteca, rompió el silencio con un mensaje contundente: “Han pasado dos meses desde que perdimos a nuestros seres queridos, y lo único que hemos recibido es silencio. Más de 230 familias, incluida la mía, seguimos esperando justicia”.
A través de sus redes sociales, la joven expresó el dolor y la frustración que vive desde el 8 de abril, día en que la fiesta terminó en desastre: “Nadie da la cara, nadie dice nada. Perdimos a nuestros padres, hijos, hermanos… y parece que a nadie le importa. El dolor no se va, pero lo que más duele ahora es que nos ignoren”.
Ana Beatriz, hija del artista y de la diseñadora Michelle Reynoso, contó que cada día sin respuestas se siente como “una herida que no cierra”. No solo por su pérdida personal, sino porque hay decenas de familias que siguen esperando que alguien asuma la responsabilidad.
“Cada día sin justicia es como gritar en el vacío. Nos quitaron a nuestros seres queridos, y ni siquiera nos dan la verdad. Queremos saber qué pasó, por qué pasó, y que los responsables enfrenten las consecuencias. No vamos a quedarnos callados”.
En otra publicación, fue aún más directa:
“Mi papá murió en un accidente que pudo evitarse. No fue una tragedia del destino: fue por culpa de la negligencia, el abandono y el silencio de quienes sabían lo que podía pasar y no hicieron nada. El dueño del lugar pudo haber detenido el evento. Lo sabían. Pero el dinero les importó más que la vida de la gente. La avaricia les ganó”.
Este sábado 8 de junio se cumplen dos meses desde el colapso del techo de la discoteca Jet Set, donde murieron 236 personas y más de 180 resultaron heridas. Aquella noche, Rubby Pérez animaba la fiesta cuando todo se vino abajo.
Mientras tanto, las familias siguen esperando el informe preliminar que prometió la comisión del gobierno. El plazo vence este lunes 9 de junio. Dicen que ese informe revelará qué falló y si hubo errores humanos o técnicos que pudieron evitar esta tragedia.
Pero para quienes perdieron a alguien, el tiempo pasa entre la rabia, el luto y una sola pregunta: ¿cuándo llegará la justicia?
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