Una denuncia por un episodio de infidelidad y violencia protagonizado por un vendedor ambulante de Reynosa, en Tamaulipas (México) y un inmigrante haitiano convocó a los agentes de la policía local hasta la vivienda. ¿Qué pasó? El hombre que se dedica a la venta callejera de maiz y frituras preparadas, se agarró a golpes con el desconocido que encontró en su casa, con su esposa.
El medio local Tamaulipas sin censura dio cuenta del informe policial en el que se describió el hecho. Norberto «N», narró a las autoridades que salió de su propiedad temprano en la mañana. Eran cerca de las 6:30 horas y se disponía a empezar su jornada laboral.
Justamente ese día cumplía su aniversario de 10 años de casado con su mujer. Planeaba comprar «pollo asado», para celebrar sus década de amor, pero la historia terminó mal.
Día de furia, infidelidad y violencia
El vendedor, explicó a la Policía Estatal, que salió con su bicicleta, preparada para trasladar su puesto de ventas. Pero tras una hora de viaje recordó que se había olvidado de un cuchillo y limones, por lo que decidió regresar a su vivienda. Mala idea.
Al llegar al domicilio, ubicado en la localidad de «Aquiles Serdán», el hombre escucho ruidos extraños en en el interior de la misma. Por ello olvidó por un rato los materiales que había ido a buscar y se enfocó en recorrer su casa para descubrir a qué se debían esos ruidos. Fue entonces que se cruzó con el visitante inesperado saliendo del baño.
Norberto entendió rápidamente lo que estaba sucediendo y, furioso, decidió actuar. «Fui por agua caliente del maíz y se la lancé en el rostro al señor. Después con una cuchara grande lo golpeé hasta que dos vecinos me ayudaron a entregarlo a la policía», señaló Norberto a las autoridades.
Su mujer, quién se identificó como María Estela «N», de 34 años, dijo a los agentes que la pareja estaba atravesando una crisis, que ella se sentía abandonada ya que su esposo se la pasaba trabajando. Desde hace 3 meses decidió buscar el amor que le faltaba en otro lado y pensó en «conocer algo distinto«.
El tercero en esta historia de traición y violencia es Pierre «N», de 28 años y procedente se Haití. Él juró a las autoridades que lo había hecho por necesidad, ya que no se encuentra en una buena situación económica. Asimismo, necesitaba desesperadamente algo de dinero y alimento para llevar a su hogar. Es por eso que aceptó intercambiar su compañía por víveres.
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