A la segunda tampoco fue la vencida. La cantante, actriz y empresaria Jennifer Lopez, de 54 años, y el actor Ben Affleck, de 51, han roto su relación y han dado a conocer su divorcio después de varios meses de especulaciones. La separación se dio el 26 de abril, pero se ha oficializado este martes 20 de agosto en los tribunales de Los Ángeles, de acuerdo al portal TMZ. Ha sido esta mañana cuando la cantante y artista ha presentado los papeles del divorcio al tribunal californiano sin ayuda de un abogado. La fecha de hoy coincide con la de la segunda boda de la pareja en Georgia, celebrada hace dos años.
El anuncio llevaba esperándose meses, en lo que era ya casi una obviedad, debido a la actitud de la pareja y a detalles no menores como que han puesto a la venta su mansión de Beverly Hills, que compraron hace apenas un año, y que ambos tienen o buscan casas nuevas. Sus proyectos también se han visto afectados, puesto que ella ha cancelado su gira cuando apenas faltaba un mes para arrancar. “Jennifer se va a tomar un tiempo para estar con sus hijos, su familia y sus amigos cercanos”, aseguraba un comunicado de Live Nation, la empresa organizadora del espectáculo.
Los tabloides estadounidenses —cuyos fotógrafos persiguen a la pareja incansablemente, incluso cuando salen a comprar un café o una hamburguesa sin bajarse del coche— sabían que Affleck ha pasado semanas durmiendo en otra casa, y no en la que se compró junto a Lopez hace apenas un año, de 4.300 metros cuadrados, 12 habitaciones y 24 baños, por más de 60 millones de dólares, en una de las zonas más exclusivas de California. De hecho, desde principios de junio esa mansión está a la venta por 68 millones de dólares. El actor ya se ha comprado una casa nueva. A finales del mes de junio, Lopez se fue de vacaciones a Italia sin Affleck; él aprovechó para sacar sus cosas de la casa y llevárselas a su nuevo hogar. A mediados de julio, él no apareció en los festejos por el cumpleaños de la artista en los Hamptons (Nueva York); estuvieron Emme y Max, sus hijos junto a Marc Anthony, y varios amigos, pero no el actor. De hecho, fue ese fin de semana cuando cerró la transacción desde Los Ángeles por una mansión de 20 millones, algo que a ella, según algunos medios, le dolió especialmente.
Fue a mediados de mayo cuando la prensa estadounidense empezó a echar cuentas: hacía casi 50 días que no se les veía juntos en público. Sin embargo, unos días después ellos jugaron al desmentido, dejándose fotografiar juntos en un acto familiar (a la salida de una actuación escolar de una de las hijas de Affleck con la también actriz Jennifer Garner), aunque no hicieron demasiado por acallar los rumores, porque él permaneció dentro del coche y ella fuera, hablando con él desde la otra ventanilla junto a su hija Emme. En estas semanas, se les ha visto en algunas imágenes de manera fugaz, charlando o paseando, incluso dándose un beso en la mejilla, pero mucho más serios que en anteriores ocasiones. Cuando ella regresó de vacaciones, de hecho, fue a visitarle, pero a su oficina.
El tiempo y el espacio han demostrado que efectivamente la relación no estaba en su mejor momento, como se ha acabado confirmando semanas después. Estos meses Lopez ha pasado mucho tiempo en la costa Este grabando su nuevo proyecto, un remake de El beso de la mujer araña, y promocionando su nueva película, Atlas; él no la ha acompañado en ningún momento, afirmando que estaba rodando un proyecto (la segunda parte de El contable, que ya protagonizó en 2016) en el Oeste del país. Sin embargo, tampoco fue con ella a la gala del Met en mayo, una de las citas más importantes del año y donde, además, la artista era una de las cuatro anfitrionas de la noche.
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