Si crees que tuviste un mal día, tal vez sea un buen momento para ver Nowhere. La nueva película de Netflix es un drama distópico acerca de una joven embarazada que lucha por sobrevivir sola en medio del océano. Dirigida por el español Albert Pinto (La casa de papel), el thriller se autodescribe como una montaña rusa de adrenalina, angustia y claustrofobia.
La ganadora del Goya, Anna Castillo, interpreta en esta historia a Mia, una mujer gestante que vive en un futuro en el que Europa se convierte progresivamente en un estado totalitario. Los recursos son insuficientes, y para reducir la hambruna han ideado un plan extremista: exterminar a la población más vulnerable, entre los que se encuentran niños y embarazadas.
Al enterarse de la noticia, ella decide huir del país junto a su pareja (Tamar Novas), escondidos en un contenedor marítimo. Sin embargo, “son forzosamente separados por las fuerzas policiales, lo que la lleva a luchar por su supervivencia cuando una violenta tormenta la arroja al mar. Sola y a la deriva en mitad del océano, Mia se enfrentará a todo para salvarse”, señala su sinopsis oficial.
Cuando cree que la situación no puede empeorar, el agua comienza a filtrarse progresivamente en el recinto, situación en la que experimenta las contracciones del parto y da a luz a su bebé. Con un ser humano más a quien proteger, se sumergirá en odisea de terror que la dejará al borde de la desesperación.
Un reto dentro y fuera de pantalla
La actriz confesó en una entrevista con El Periódico, que la angustia también se sintió fuera de pantalla: “Era agotador estar siempre en un estado emocional tan extremo. [Muchos de] los golpes son de verdad porque todo se estaba moviendo mucho. Además había humo y sumado a los gritos, se me irritó la garganta. Cogí anginas, me dio fiebre y tuvimos que reajustar el rodaje para que pudiera estar con antibióticos en casa. Después incluso tuve un golpe de calor”, dijo Castillo.
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