Santo Domingo, Rep. Dom.- Veinticinco, veintiuno es la historia de un amor. El amor de Na Hee Do y Baek Yi Jin, dos jóvenes cargados de sueños que transicionan desde la adolescencia a la vida adulta completamente enamorados, pero teniendo que hacer frente a diferentes problemáticas en su vida ocasionados por la crisis financiera de Corea del Sur.
Ella, Na Hee Do, es miembro del equipo de esgrima del instituto en el que estudia, pero ve como sus sueños se derrumban cuando la falta de fondos provoca que se disuelva. Afortunadamente, en sus miras está la Selección Nacional, en la que tiene muchas posibilidades. Por su parte, Baek Yi Jin, lleva una vida de lo más acomodada hasta que el negocio de su padre entra en quiebra lo que le obliga a cambiar por completo de vida y a alternar trabajos para ayudar a su familia.
Los personajes que complementan un relato que tiene un doble eje argumental. Por un lado la relación que va creciendo entre Hee-do y Yi-jin, como también la creciente rivalidad deportiva entre ella y su antes idolatrada Yu-rim.
Donde además es clave el juego que realiza la narración entre presente y pasado, como también entre drama, romance y comedia. Sin olvidar un elemento clave de Veinticinco, veintiuno: el encanto de la pareja protagónica.
Ante esto y pensando en estar cerca de la medallista de oro en esgrima Ko Yu-rim (Bona), a quien ella admira, Hee-do busca cambiarse al colegio de esta última, la Secundaria Taeyang, donde todavía se practica dicho deporte.
Un plan arriesgado por el cual conoce más al nuevo repartidor de diarios de su barrio, Baek Yi-jin (Nam Joo-hyuk), quien también es el dependiente de la tienda donde la chica arrienda su cómic favorito, Full house.
